lunes, 16 de junio de 2008

Poner la otra mejilla

Mateo 5, 38-42. Tiempo Ordinario. El amor nos estimula a dar todo lo que los demás necesitan.

Mateo 5, 38-42

Sabéis que se dijo también: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No recurráis a la violencia contra el que os haga daño. Al contrario, si alguno te abofetea en una mejilla, preséntale también la otra. Y al que quiera pelear contigo para quitarte la túnica, cédele el manto. Y si alguno te fuerza a llevar carga un kilómetro, ve con él dos. A quien te pida algo, dáselo, y a quien te ruegue que le hagas un préstamo, no le vuelvas la espalda.

Reflexión

Algunas veces parece que Jesucristo exagera. Si no lo expresamos con tanta claridad es porque no nos parece correcto contradecir lo que Jesús ha dicho. Aunque, podría ser también, que nosotros no le hayamos entendido.

Cristo nos habla de la caridad. Y nos dice que nuestra caridad no debe depender de los demás: ni de lo que nos hagan ni de lo que nos pidan. Uno ama porque quiere amar y puede amar.

El amor nos estimula a dar todo lo que los demás necesitan. Si veo que el otro necesita mi túnica y mi manto, le daré los dos, aunque él sólo me pida una prenda. Si el otro necesita mi ayuda, le daré no sólo las mejillas, sino las manos para trabajar con él, los pies para acompañarle y el corazón para que sienta, aunque sea un poco, el amor que Dios le tiene. Y esto también lo haré aunque conlleve un cierto dolor sea en los pies o en las manos, incluso si él mismo es quien me daña en la mejilla. Pues mi amor depende, como el del Buen Samaritano, sólo de mi deseo de amar, y no de lo que reciba o me pidan los demás.

Autor: Juan Carlos Ortega | Fuente: Catholic.net